Triumph Thruxton RS 2020

Siempre me ha gustado la gama Modern Classics de Triumph. Es una gama en sí misma, con mucha oferta, y está orientada al neo-retro, incluso al vintage con la famosa Bobber. La Thruxton 1200 es la Café Racer de la gama, y para 2020, Triumph la ofrece en una versión RS con un toque extra de deportividad.

Podrías haber esperado una variación más de la Thruxton estándar y de la versión R, pero esta RS va más allá de añadir accesorios, ya que su motor pasa de 97cv a 105cv, beneficiándose de paso de la homologación Euro 5. El par motor sigue siendo el mismo, 112 Nm, pero llega a 700 rpm menos que la Thruxton R para beneficiarse de las bajas revoluciones. Esto se ha conseguido aumentando las relaciones de compresión y adoptando pistones de alta compresión. También se han rediseñado los puertos de admisión y se ha conseguido reducir la inercia del cigüeñal para lograr una aceleración más sensible. El objetivo es un motor con mayor capacidad de respuesta y un carácter más asertivo. Las transformaciones internas no son todas, ya que los cárteres también se han rediseñado para ahorrar peso. Al final, la 1200 Thruxton RS es 6 kg más ligera que la R, con un peso en seco de 197 kg.

En cuanto al chasis, la horquilla invertida Showa 43 y los amortiguadores Ölhins son los mismos que en la versión R. La frenada también corre a cargo de Brembo, esta vez con pinzas radiales M50 de buena factura.

En cuanto a la electrónica, no hay carrera armamentística, y eso es bueno, puntualiza el concesionario de motos segunda mano Crestanevada. Me gustan los clásicos medidores de aguja con su ventanita digital, ¡aprovechémoslo mientras exista! Estos medidores están en perfecta consonancia con el estilo de la moto, y se notan las coronas de la horquilla pulidas, la franja que recorre el depósito y el tapón del depósito de la vieja escuela. Hay tres modos de conducción que afectan a la respuesta del acelerador y a los niveles de control de tracción. El control de tracción puede desconectarse para aquellos que prefieren evitar las ayudas a la conducción.

Por supuesto, el toque estético está ahí para apoyar esta faceta deportiva: carcasas de motor negras, llantas negras, muelles de amortiguación negros y pintura específica (además del clásico negro total) están en el programa. Por supuesto, esto no convierte a esta moto en una máquina hiperdeportiva, pero es una auténtica Café Racer neo-retro con la cantidad justa de potencia y carácter para divertirse en las curvas. Justo como me gusta.